Cuando hablamos de Arte a nuestra cabeza viene toda una terminología compleja que no responde más que a esa necesidad patológica de tenerlo todo absolutamente etiquetado. No imagino a cualquier artista pintando de una determinada forma solo para poder ser etiquetado dentro de un estilo o de otro; obviamente, de una forma o de otra, todos somos hijos de nuestro tiempo, y aun así, lo importante es lo que cada artista quiere transmitir y lo que el espectador consigue recibir. Por mi parte, he estudiado algo de Historia del Arte, pero mis conocimientos en absoluto pueden equipararse a los de alguien que haya estudiado esa carrera; por ello no pretendo disertar aquí sobre técnica, color, ni cualquier otro parámetro observable en una pintura o una escultura; para mí, el Arte es, por encima de todo, sentimiento, un medio de conocer nuestra propia alma a través de las emociones que nos evocan las piezas que observamos.
Y en base a esta perspectiva voy a hablar sobre aquellas obras que más me emocionan. Quiero empezar hablando de mi cuadro favorito: El Grito, de Edvard Munch. Aunque es imposible no tenerlo en mente, nunca está de más ver una nueva imagen de él XD
Pintado en 1893, se considera una de las obras cumbres de Edvard Munch (1863 - 1944) y del movimiento expresionista en el que se enmarca. Hay una copia de este cuadro colgada en la pared de mi habitación, y muchas han sido las horas que he pasado observándolo. Siempre despierta el mismo sentimiento en mí, el de la comprensión.
Para mí la belleza de este cuadro reside en que es capaz de acongojar mi alma. A pesar de su simbología "oficial", la cual según he leído simboliza a un hombre moderno en un momento de profunda angustia y desesperación existencial, cuando lo observo, en mí solo se plantea una afirmación; para entenderla basta con hacerse las siguientes preguntas:
¿Por qué no pensar que se trata "simplemente" de un grito de ayuda, tan solo audible por aquellos que ven más allá de sus propios problemas y desean de una forma sincera y altruista ayudar a los demás, a aquellos que, como el protagonista del cuadro, lo necesitan de verdad? Al fondo del cuadro se observan otras dos figuras, quizá sean ellas del tipo de personas incapaces de sentir el dolor ajeno; y por ello el protagonista se vuelve hacia el espectador, ¿será capaz de encontrar a alguien que sí pueda oir su dolor?
Y ante eso, la única afirmación que me inspira es "Sí, yo puedo oírte. Ahora déjame saber tu dolor y apóyate en mí para ayudarte"
Y a vos, ¿qué os inspira su mudo grito?
Greetings from the coffin
Acercarte a la historia de este cuadro es hacerlo a la vida del autor, un hombre que estuvo sumido en constantes depresiones, que tuvo una vida bastante gris y que quedó apesadumbrado ante las muertes de varios de sus familiares.
ResponderEliminarCreo que es de esos cuadros atemporales por su fuerza visual y por lo que representa.
Desde luego a los japoneses les encanta este cuadro, sale en casi todos los animes XD.
Es de mis cuadros favoritos, aunque también me quedo con El Vampiro, del mismo autor, una auténtica belleza ;).
Creo que este es uno de esos cuadros que o lo amas o lo odias, pero no hay termino medio... En cualquier caso, como mencionas el cuadro de El Vampiro, es también precioso, otra joya visual...
EliminarMe atrevo a decir que es del dolor y de la tristeza de donde surgen el arte más bello y conmovedor... pero en estas entradas, lo que quería era dejar a un lado lo que sería la parte más técnica e histórica del cuadro y del pintor, y querer expresar más lo que me inspiraba...
Para mí es Arte aquello que consigue conmoverme, por lo tanto, lo considero algo subjetivo y ¿por qué no animar a los demás a manifestar lo que para ellos es arte y qué cuadros, esculturas consideran arte?
Besos y gracias por comentar!!