sábado, 13 de julio de 2013

El Cuervo, Edgar Allan Poe

Saludos monsieur, madame!!

Si en la entrada anterior compartía con ustedes las ilustraciones que el pintor Gustave Doré realizó sobre el poema de El Cuervo de Edgar Allan Poe, esta vez quiero compartir con ustedes el poema en sí publicado en Enero de 1845. 


Para mí, este poema es símbolo de la belleza lírica, es el poema perfecto, sus palabras siempre resuenan en mi mente, una y otra vez... ¿Podré alguna vez vivir sin él? ¡Nunca más!

El Cuervo

Una vez, al filo de una lúgubre medianoche,
mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido,
inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia,
cabeceando, casi dormido,
se oyó de súbito un leve golpe,
como si suavemente tocaran,
tocaran a la puerta de mi cuarto.
"Es -dije musitando- un visitante
tocando quedo a la puerta de mi cuarto.
Eso es todo, y nada más."

¡Ah! aquel lúcido recuerdo
de un gélido diciembre;
espectros de brasas moribundas
reflejadas en el suelo;
angustia del deseo del nuevo día;
en vano encareciendo a mis libros
dieran tregua a mi dolor.
Dolor por la pérdida de Leonora, la única,
virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada.
Aquí ya sin nombre, para siempre.

Y el crujir triste, vago, escalofriante
de la seda de las cortinas rojas
me llenaba de fantásticos terrores
jamás antes sentidos. Y ahora aquí, en pie,
acallando el latido de mi corazón,
vuelvo a repetir:
"Es un visitante a la puerta de mi cuarto
queriendo entrar. Algún visitante
que a deshora a mi cuarto quiere entrar.
Eso es todo, y nada más."

Ahora, mi ánimo cobraba bríos,
y ya sin titubeos:
"Señor -dije- o señora, en verdad vuestro perdón
imploro,
mas el caso es que, adormilado
cuando vinisteis a tocar quedamente,
tan quedo vinisteis a llamar,
a llamar a la puerta de mi cuarto,
que apenas pude creer que os oía."
Y entonces abrí de par en par la puerta:
Oscuridad, y nada más.

Escrutando hondo en aquella negrura
permanecí largo rato, atónito, temeroso,
dudando, soñando sueños que ningún mortal
se haya atrevido jamás a soñar.
Mas en el silencio insondable la quietud callaba,
y la única palabra ahí proferida
era el balbuceo de un nombre:"¿Leonora?"
Lo pronuncié en un susurro, y el eco
lo devolvió en un murmullo."¡Leonora!"
Apenas esto fue, y nada más.

Vuelto a mi cuarto, mi alma toda,
toda mi alma abrasándose dentro de mí,
no tardé en oír de nuevo tocar con mayor fuerza.
"Ciertamente -me dije-, ciertamente
algo sucede en la reja de mi ventana.
Dejad, pues, que vea lo que sucede allí,
y así penetrar pueda en el misterio.
Dejad que a mi corazón llegue un momento el silencio,
y así penetrar pueda en el misterio."
¡Es el viento, y nada más!

De un golpe abría la puerta,
y con suave batir de alas, entró
un majestuoso cuervo
de los santos días idos.
Sin asomos de reverencia,
ni un instante quedo;
y con aires de gran señor o de gran dama
fue a posarse en el busto de Palas,
sobre el dintel de mi puerta.
Posado, inmóvil, y nada más.

Entonces, este pájaro de ébano
cambió mis tristes fantasías en una sonrisa
con el grave y severo decoro
del aspecto de que se revestía.
"Aun con tu cresta cercenada y mocha -le dije-,
no serás un cobarde,
hórrido cuervo vetusto y amenazador.
Evadido de la ribera nocturna.
¡Dime cuál es tu nombre en la ribera de la Noche Plutónica!"
Y el Cuervo dijo: "Nunca más."

Cuánto me asombró que pájaro tan desgarbado
pudiera hablar tan claramente;
aunque poco significaba su respuesta.
Poco pertinente era. Pues no podemos
sino concordar en que ningún ser humano
ha sido antes bendecido con la visión de un pájaro
posado sobre el dintel de su puerta,
pájaro o bestia, posado en el busto esculpido
de Palas en el dintel de su puerta
con semejante nombre: "Nunca más."

Mas el Cuervo, posado solitario en el sereno busto,
las palabras pronunció, como vertiendo
su alma sólo en esas palabras.
Nada más dijo entonces;
no movió ni una pluma.
Y entonces yo me dije, apenas murmurando:
"Otros amigos se han ido antes;
mañana él también me dejará,
como me abandonaron mis esperanzas."
Y entonces dijo el pájaro: "Nunca más."

Sobrecogido al romper el silencio
tan idóneas palabras,
"sin duda -pensé-, sin duda lo que dice
es todo lo que sabe, su solo repertorio, aprendido
de un amo infortunado a quien desastre impío
persiguió, acosó sin dar tregua
hasta que su cantinela solo tuvo un sentido,
hasta que las endechas de su esperanza
llevaron sólo esa carga melancólica
de "Nunca, nunca más"."

Mas el Cuervo arrancó todavía
de mis tristes fantasías una sonrisa;
acerqué un mullido asiento
frente al pájaro, el busto y la puerta;
y entonces, hundiéndome en el terciopelo,
empecé a enlazar una fantasía con otra,
pensando en lo que este ominoso pájaro de antaño,
lo que este torvo, desgarbado, hórrido,
flaco y ominoso pájaro de antaño
quería decir graznando: "Nunca más."

En esto cavilaba, sentado, sin pronunciar palabra,
frente al ave cuyos ojos, como tizones encendidos,
quemaban hasta el fondo de mi pecho.
Esto y más, sentado, adivinaba,
con la cabeza reclinada
en el aterciopelado forro del cojín
acariciado por la luz de la lámpara;
en el forro de terciopelo violeta
acariciado por la luz de la lámpara
¡que ella no oprimía, ¡ay!, nunca más!

Entonces me pareció que el aire
se tornaba más denso, perfumado
por invisible incensario mecido por serafines
cuyas pisadas tintineaban en el piso alfombrado.
"¡Miserable -dije-, tu Dios te ha concedido,
por estos ángeles te ha otorgado una tregua,
tregua de nepente de tus recuerdos de Leonora!
¡Apura, oh, apura este dulce nepente
y olvida a tu ausente Leonora!"
Y el Cuervo dijo: "Nunca más."

"¡Profeta!" -exclamé-, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio
enviado por el Tentador, o arrojado
por la tempestad a este refugio desolado e impávido,
a esta desértica tierra encantada,
a este hogar hechizado por el horror!
Profeta, dime, en verdad te lo imploro,
¿hay, dime hay bálsamo en Galaad?
¡Dime, dime, te imploro!"
Y el Cuervo dijo: "Nunca más."

"¡Profeta! -exclamé-, ¡cosa diabólica!
¡Profeta, sí, seas pájaro o demonio!
¡Por ese cielo que se curva sobre nuestras cabezas,
ese Dios que adoramos tú y yo, 
dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén
tendrá en sus brazos a una santa doncella
llamada por los ángeles Leonora,
tendrá en sus brazos a una rara y radiante virgen
llamada por los ángeles Leonora!"
Y el Cuervo dijo: "Nunca más."

"¡Sea esa palabra nuestra señal de partida
pájaro o espíritu maligno! -le grité presuntuoso.
¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica.
No dejes pluma negra alguna, prenda de la mentira
que profirió tu espíritu!
Deja mi soledad intacta.
Abandona el busto del dintel de mi puerta. 
Aparta tu pico de mi corazón
y tu figura del dintel de mi puerta.
Y el Cuervo dijo: "Nunca más."

Y el Cuervo nunca emprendió el vuelo.
Aún sigue posado, aún sigue posado
en el pálido busto de Palas,
en el dintel de la puerta de mi cuarto.
Y sus ojos tienen la apariencia
de los de un demonio que está soñando.
Y la luz de la lámpara que sobre él se derrama
tiende en el suelo su sombra. Y mi alma,
del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo,
no podrá liberarse. ¡Nunca más!

Edgar Allan Poe

Greetings from the coffin

jueves, 11 de julio de 2013

Ilustrando a Poe

Saludos monsieur, madame!!

Quiero dejarles con una serie de grabados que el pintor Paul Gustave Doré (1832-1883) realizó para ilustrar el magnífico poema de El Cuervo de Edgar Allan Poe. La info la he tomado de esta fuente, y la recojo tal cual la exponen en dicha página, así que haré acompañar cada grabado con la parte del poema a la cual corresponde.


Esta es la ilustración que abre el poema.


Una vez, al filo de una lúgubre medianoche, mientras débil y cansado, en tristes reflexiones embebido, inclinado sobre un viejo y raro libro de olvidada ciencia...


¡Ah! aquel lúcido recuerdo de un gélido diciembre, espectros de brasas moribundas reflejadas en el suelo...


Angustia del deseo del nuevo día; en vano encareciendo a mis libros dieran tregua a mi dolor...


Dolor por la pérdida de Leonora...


La única, virgen radiante, Leonora por los ángeles llamada. Aquí ya sin nombre, para siempre...


Es un visitante a la puerta de mi cuarto queriendo entrar. Algún visitante que a deshora a mi cuarto quiere entrar...


Y entonces abrí de par en par la puerta: Oscuridad, y nada más...


Dudando, soñando sueños que ningún mortal se haya atrevido jamás a soñar...


Ciertamente -me dije-ciertamente algo sucede en la reja de mi ventana. Dejad, pues, que vea lo que sucede allí, y así penetrar pueda en el misterio...


De un golpe abrí la puerta...


Entró un majestuoso cuervo de los santos días idos. Sin asomos de reverencia, ni un instante quedo...


Fue a posarse en el busto de Palas, sobre el dintel de mi puerta. Posado, inmóvil, y nada más...


Evadido en la ribera nocturna...


Y entonces me dije: otros amigos se han ido antes; mañana él también me dejará, como me abandonaron mis esperanzas...


Y entonces, hundiéndome en el terciopelo, empecé a enlazar una fantasía con otra...


Acariciado por la luz de la lámpara; en el forro de terciopelo violeta que ella no oprimía, ¡ay, nunca más!...


"¡Miserable -dije-, tu Dios te ha concedido, por estos ángeles te ha otorgado una tregua, tregua de repente de tus recuerdos de Leonora!"


A este hogar hechizado por el horror...


Profeta, dime, en verdad te lo imploro, ¿hay, dime, hay bálsamo en Galaad? ¡Dime, dime, te imploro!...


Dile a esta alma abrumada de penas si en el remoto Edén tendrá en sus brazos a una santa doncella llamada por los ángeles Leonora..


¡Sea esa palabra nuestra señal de partida pájaro o espíritu maligno!, le grité presuntuoso...


¡Vuelve a la tempestad, a la ribera de la Noche Plutónica!


Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota sobre el suelo, no podrán liberarse. ¡Nunca más!


Ilustración que cierra el final.

Me ha parecido curioso encontrarme la palabra Anagké en la última ilustración del poema de Poe, pues sin duda me ha recordado a la novela de Víctor Hugo, Nuestra Señora de París, ya que esta misma palabra es la que el malvado juez Frollo tenía escrita en la pared de su habitación y significa Fatalidad...

Greetings from the coffin

martes, 9 de julio de 2013

Aesthetic Perfection - All Beauty Destroyed

Saludos monsieur, madame!!

Últimamente no puedo evitar sentirme seducida por los sonidos de esta excelente banda, Aesthetic Perfection, quizá porque son un fiel reflejo de los entresijos laberínticos de mi propia mente. Y es que descubrir una banda como esta siendo la primera canción en escuchar la que sigue es algo que, sí o sí, marca.

Se trata de la canción All Beauty Destroyed, de su álbum del mismo nombre publicado en 2011.


El vídeo es increíble, ¡disfrútenlo!


Y aquí la letra:

And everyone is so kind
With the lies that they tell themselves
'Cause everyone is so blind
To the truth that they're ugly inside
When the mirror's laughing
Time takes over
You should know
We're rotting away

There's no
Nothing left for me
When all beauty's destroyed
There's no
Nothing left to see
Once all beauty's destroyed

And everyone is so torn
Between truth and a false veneer
Well no one wants to be alone
in the wake of their faults and fears
If you don't stop scratching
Wounds reopen
As we slowly start to decay

There's no
Nothing left for me
When all beauty's destroyed
There's no
Nothing left to see
Once all beauty's destroyed

Lie for you
Die for you
Beg for you
Bleed for you

There's no
Nothing left for me
When all beauty's destroyed
There's no
Nothing left to see
Once all beauty's destroyed

Greetings from the coffin

domingo, 7 de julio de 2013

Remembranzas de mi antiguo blog

Saludos monsieur, madame!!

No recuerdo bien qué andaba buscando por la red cuando me he topado con una imagen que tenía subida en un antiguo blog, en el primero que tuve, cuya dirección (que ya no existe) era forsaken-tears. La imagen es la que sigue:


El título del blog era Memento Mori, aquella frase que me marcó considerablemente y que me va a acompañar el resto de mi vida, incluso cuando pinto, la firma que hago es un símbolo que representa esta frase.

Todo esto surge porque esta imagen me la he encontrado en el magnífico blog de literatura gótica El Espejo Gótico donde le dedicaban una pequeña entrada para promocionar mi blog después de invitar a quienes quisieran a hablar de su blog. 

Esto es lo que su autor dijo del blog:

"Lady Ginny (por aquel entonces era así como firmaba, he cambiado mucho de nombre hasta que por fin me he sentido cómoda en este Virtizia Rose) es la primera en invitarnos al interior de sus dominios. Antes de permitir que nos cuente un poco de qué se trata su página, me permitiré dos comentarios: me parece excelente el nombre del blog (Recuerda que morirás es una advertencia que nunca está de más), y mejor aún, la imagen de Elizabeth Siddal como Ofelia es en sí misma todo un manifiesto de la belleza."

Y así es como yo misma lo presentaba:

"Las campanas ya suenan, el viento trae nuevas almas a mi morada. No soy más que una simple mortal, las sombras me llaman Lady Ginny y mis aposentos custodiados por grandes dragones de obsidiana se hallan en Madrid, España. El hastío de la rutina abruma mi ser, y mi mente y mi corazón se refugian en una pluma y un tintero; mi alma se halla sumida en la creencia de que este mundo no puede depararnos exclusivamente esa triste rutina, cree férreamente que debe haber algo más aparte de esa rutina, algo que es oscuro y a la vez maravilloso, algo que está en nuestro interior pugnando por salir y a la vez nos rodea... En fin, frenaré la pluma, no sin antes deciros que lo que encontraréis en mi blog van a ser todos esos sentimientos, ideas, pensamientos, reflexiones, etc. que abruman y atormentan mi ser. Os invito a conocerme y os ruego me dejéis conoceros. Las puertas siempre estarán abiertas..."

Desde aquí, desde mi nuevo blog, lo agradezco, ha sido una sorpresa muy emotiva encontrarme con este post dedicado a mi antiguo blog. Y me ha traído una cierta nostalgia y he sentido la necesidad de compartirlo con ustedes...

Greetings from the coffin

viernes, 5 de julio de 2013

Eisoptrofobia y Jorge Luis Borges

Saludos monsieur, madame!!

Padezco de eisoptrofobia, leve, pero lo padezco. Pero, ¿saben ustedes lo que es?


La eisoptrofobia consiste en el miedo a los espejos, pero no tomados como objetos en sí, sino más bien es un miedo irracional (¿o no? ^^) a lo que pueda verse reflejado en su superficie, como si se trataran de puertas hacia otros mundos y se temiera ver algo que no sea de este mundo reflejado en el espejo. Y además a esto se puede añadir la sensación de sentirse observado a través del espejo, lo que puede incrementar la fobia a los mismos.

En mi caso, odio los espejos por estos mismos motivos, tener un espejo en el baño no me importa porque es algo necesario, pero ninguno más. No soporto cualquier tipo de superficie que refleje, porque a veces tengo la sensación de que reflejan algo más que la realidad que veo a mi alrededor, y al no ser la primera vez que tengo alguna experiencia paranormal, cuanto más lejos tenga los espejos mejor.

* * * * *

En el título también les hablo de Jorge Luis Borges, y es que este autor tiene un magnífico poema dedicado a los espejos, en el que de alguna forma me siento especialmente identificada con dos de sus estrofas que se la remarcaré en negrita.

Los Espejos

Yo que sentí el horror de los espejos
no solo ante el cristal impenetrable
donde acaba y empieza, inhabitable,
un imposible espacio de reflejos

sino ante el agua especular que imita
el otro azul en su profundo cielo
que a veces raya el ilusorio vuelo
del ave inversa o que un temblor agita.

Y ante la superficie silenciosa
del ébano sutil cuya tersura
repite como un sueño la blancura
de un vago mármol o una vaga rosa.

Hoy, al cabo de tantos y perplejos
años de errar bajo la varia luna,
me pregunto qué azar de la fortuna 
hizo que yo temiera los espejos.

Espejos de metal, enmascarado
espejo de caoba que en la bruma
de su rojo crepúsculo disfuma
ese rostro que mira y es mirado.

Infinitos los veo, elementales
ejecutores de un antiguo pacto,
multiplicar el mundo como el acto
generativo, insomnes y fatales.

Prolonga este vano mundo incierto
en su vertiginosa telaraña;
a veces en la tarde los empaña
el Hálito de un hombre que no ha muerto.

Nos acecha el cristal. Si entre las cuatro
paredes de la alcoba hay un espejo,
ya no estoy solo. Hay otro. Hay el reflejo
que arma en el alba un sigiloso teatro.

Todo acontece y nada se recuerda
en esos gabinetes cristalinos
donde, como fantásticos rabinos,
leemos los libros de derecha a izquierda.

Claudio, rey de una tarde, rey soñado,
no sintió que era un sueño hasta aquel día
en que un actor mimó su felonía
con arte silencioso, en un tablado.

Que haya sueños es raro, que haya espejos,
que el usual y gastado repertorio
de cada día incluya el ilusorio
orbe profundo que urden los espejos.

Dios (he dado en pensar) pone un empeño
en toda esa inasible arquitectura
que edifica la luz con la tersura
del cristal y la sombra con el sueño.

Dios ha creado las noches que se arman
de sueños y las formas del espejo
para que el hombre sienta que es reflejo 
y vanidad. Por eso no alarman.

Jorge Luis Borges

Greetings from the coffin

miércoles, 3 de julio de 2013

Romanticismo y siglo XIX: los Grandes Almacenes

Saludos monsieur, madame!!

Hace tiempo que quería iniciar esta sección para dedicarla exclusivamente al Romanticismo como movimiento cultural y al siglo XIX como periodo en el que me hubiera gustado nacer (y ¿por qué no? poder codearme con los grandes de la literatura romántica). Pero, puesto que me ha tocado nacer ahora, una de las formas en las que puedo rendir tributo a este gran periodo es a través de esta sección. Así pues, vamos con ella...

Y quiero empezarla con un documental sobre el origen de los grandes almacenes y los cambios que trajo consigo su desarrollo. Este documental lo echaron hace bastante en la televisión, y lo que pude ver me pareció muy interesante, tanto que me quedé con ganas de compartirlo con ustedes.

Aquí lo tienen, espero que lo disfruten:


Les dejo además, con un artículo relacionado con el tema que he encontrado mientras buscaba este documental. Pueden leerlo si pulsan en este enlace.

Greetings from the coffin

martes, 2 de julio de 2013

Mis ilustres inspiradores: Abby Sciuto

Saludos monsieur, madame!!

Les quiero hablar de un personaje que me ha servido de inspiración tanto a la hora de crear mis propios looks y tomar ideas para creaciones joyeriles, como para conocer buena y nueva música. Les hablo de Abby Sciuto, la científica gótica que aparece en la serie NCIS.

La serie en cuestión, se centra en un grupo de agentes especiales del Servicio de Investigación Criminal de la Marina, y en ese grupo nuestra Abby se encarga de analizar todas las pruebas que le llegan para descubrir al culpable.

En ella, la actriz Pauley Perrette se caracteriza como Abby Sciuto tras una laaaarga sesión de peluquería, maquillaje y tatuaje, como se puede ver en el vídeo que les dejo a continuación:


Ahora les dejo con algunos de sus looks; espero que a ustedes también les sirva de inspiración:








Greetings from the coffin